
En 1995, mientras el grunge enterraba su inocencia tras la muerte de Cobain, un proyecto llamado Mad Season lanzó un LP titulado Above (Columbia Records), un disco debut que sonaba a despedida. Su canción más famosa, «River of Deceit» (Río de Engaño), comenzaba con una línea escrita tiempo atrás en el margen de un libro: «My pain is self-chosen» (Mi dolor es autoelegido). Ese libro era El Profeta, de Yibrán Jalil Yibrán, y quien lo leía era Layne Staley, vocalista de Alice in Chains, un hombre que buscaba respuestas en medio de la adicción.
El Profeta habla del dolor como un camino hacia la sabiduría y el autoconocimiento: «Vuestro dolor es la ruptura del caparazón que encierra vuestro entendimiento». Staley, atrapado en la heroína, subrayaba frases como esta. En «River of Deceit», convirtió esas ideas en crudos versos: «My pain is self-chosen / At least, so the Prophet says» (Mi dolor es autoelegido / Al menos, eso dice el Profeta). La canción no es una queja, sino una aceptación: el sufrimiento como elección (o ilusión). El ‘río de engaño’ es la vida misma, fluyendo hacia un destino que Staley ya vislumbraba: «The river of deceit pulls down / The only direction we flow is down» (El río del engaño empuja hacia abajo / La única dirección en que fluimos es hacia abajo).
Mad Season nació por casualidad: Mike McCready (guitarrista de Pearl Jam), entró a rehabilitación por su consumo de alcohol y drogas. Allí conoció a John Baker Saunders (bajista de The Walkabouts) y comenzó a concebir este proyecto que mezclaba jazz, blues y grunge de una manera muy poco convencional. Finalmente se juntaron con Barrett Martin (batería de Screaming Trees) y Layne Staley (vocalista de Alice in Chains) para crear este supergrupo de vida efímera y legado eterno. Por si no fuera suficiente, por allí también andaba un tal Mark Lanegan (Screaming Trees), quien prestó voz y letras en algunos temas.
Casi todos los músicos que participaron en la grabación de Above tenían serios problemas de adicción. Más que un proyecto musical, Mad Season fue una terapia colectiva en busca de redención. Y aunque Layne fue el encargado de ponerle voz, su drama es el de todos. Él compuso casi todas las letras del álbum, plasmando el dolor, la culpa y la amargura que rodeaba su adicción a las drogas. Con un lirismo descarnado, tan hermoso como desolador, se abrió en canal para alumbrar algunas de sus composiciones más personales. Según sus compañeros, el vocalista se había embarcado en una misión espiritual a través de su música. Su voz está cargada de vulnerabilidad y desesperación, pero también de aceptación y entrega, incluso se atisba algo de esperanza. Pero una esperanza auténtica, sin mentiras ni falsas promesas. Quizás no buscaba tanto su salvación física como encontrar la fuente de su sufrimiento.

Yibrán escribió: «Mucho de vuestro dolor es elegido por vosotros mismos. Es la porción amarga con la que el médico que hay dentro de vosotros cura vuestro ser enfermo. Por tanto, confiad en el médico, y bebed el remedio en silencio y tranquilidad; porque su mano, aunque dura y pesada, guiada está por la tierna mano del Invisible». Staley lo intentó, pero no consiguió curarse. O tal vez fue su elección, después de todo. Murió en 2002 de una sobredosis, pasando a engrosar la larga lista de mártires del grunge. Saunders, el bajista, había corrido la misma suerte en 1999.
Hace 30 años Layne Staley leyó El Profeta y comprendió que la vida está llena de dualidades, y que la sabiduría se encuentra en aceptarlas y equilibrarlas. Él no consiguió vencer su infierno interior, pero junto a sus compañeros de Mad Season nos dejó Above, una obra de una belleza desgarradora que aún brilla con la luz del primer día. En ella dejó un mensaje para quienes buscan un rayo de luz entre las sombras:
Wake up, young man (Despierta joven)
It’s time to wake up (Es hora de despertar)
Your love affair has got to go (Tu historia de amor tiene que irse)
For ten long years (Durante 10 largos años)For ten long years (Durante diez largos años)
The leaves to rake up (Las hojas por desenterrar)
Slow suicide’s no way to go (El suicidio lento no es el camino a seguir)
Oh oh…
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Aprendiz de todo, maestro de nada. Programador, diseñador web, editor, redactor y codirector de esta nave.
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